Cuando llevamos a cabo nuestras tareas del hogar debemos prestar atención a la postura que adoptamos, para impedir que aparezca un posible malestar o se desarrolle una patología en la columna vertebral debido a una lesión. Por este motivo, se vuelve importante conocer cómo evitar el dolor de espalda al realizar tareas domésticas.
¿Te gustaría conocer el método más adecuado para ejecutar tus labores domésticas? ¡Quédate a leer este post, te mostramos todo lo que debes saber a continuación!
Limpiar los cristales
La limpieza de nuestros cristales puede incidir en el estado de nuestros hombros, haciendo que sintamos un dolor que se irradia hasta las cervicales si frecuentemente realizamos esta actividad sin las medidas pertinentes.
De este modo, lo más apropiado es adelantar el pie derecho y dejar atrás el izquierdo, usando la mano derecha para limpiar los cristales y utilizando el brazo izquierdo para apoyarnos en el marco de la ventana. Además, se recomienda invertir las posiciones para que ambas partes trabajen por igual.
Otra de las consideraciones a destacar recae sobre la altura de la ventana dado que, si está demasiado elevada, tendremos que contar con la ayuda de una escalera, evitando ponernos de puntillas y que nuestra mano tenga que moverse por encima de la cabeza, al ser una posible causa de tensión muscular en la espalda y las cervicales.
Planchar
Los principales problemas que encontramos a la hora de planchar radican sobre la inclinación y la curvatura que mantenemos de forma prolongada de la columna. Así, lo más importante es emplear una tabla de planchar adaptada a nuestra altura, de manera que quede ligeramente por encima de la cintura.
Igualmente, se recomienda utilizar un pequeño taburete en el que poder poner uno de nuestros pies y alternar las piernas para minimizar la posibilidad de subir malestar en la zona lumbar.
Es aconsejable también no acumular demasiada plancha y distribuir esta tarea a lo largo de los días para que nuestra espalda no tenga que hacer un sobreesfuerzo. Además, colocaremos el cesto de la ropa justo al lado, para no tener que girar constantemente para alcanzar las prendas.
Barrer, fregar y pasar la aspiradora
Una de las tareas más habituales que realizamos en el hogar consiste en barrer y fregar el suelo, por lo que tenemos que ser cuidadosos y no dañar nuestra espalda.
Lo primero a tener en cuenta es que el palo de la escoba o de la fregona debe ser lo suficientemente alto como para no tener que encorvarnos, situando una mano a la altura del pecho y otra en paralelo a la cadera. Asimismo, el movimiento debe ser ejecutado por los brazos, manteniendo la cintura fija y la columna recta.
Respecto a la aspiradora, debemos adoptar la misma posición que al barrer o fregar, con la diferencia de avanzar levemente un pie y flexionar un poco la rodilla.
Limpiar los platillos
Aunque pueda parecer que la limpieza de los platillos es una actividad que no implica demasiado riesgo, lo cierto es que si puede repercutir en el bienestar de la espalda.
De esta forma, el fregadero deberá encontrarse a la altura del ombligo para tener la posibilidad de mantener la columna erguida y nuestro brazos deberán formar un ángulo de 90º.
Por otro lado, al pasar los platos al lugar donde se secarán, tenemos que hacerlo sin mover la cintura, impidiendo que tengamos que girar constantemente.
Hacer la cama
Finalmente, para conocer cómo evitar el dolor de espalda al realizar las tareas domésticas, no podíamos olvidarnos de mencionar cuál es la forma correcta de hacer la cama.
Aquí la clave se encuentra en flexionar las rodillas en lugar de arquear la espalda y, si la cama se encuentra pegada a la pared por algún lado, tendremos que separarla para poder rodearla completamente y, así, no tener que forzar la columna para llegar a los extremos.